/

viernes, 10 de julio de 2020

¿Sabías Que...?




Como piezas del engranaje de esta maquinaria, se encuentran los periodistas: profesión verdaderamente moderna por excelencia, actividad cuyo único requisito fundamental para ser ejercida, es la ausencia absoluta de capacidad crítica sobre la estructura que da sentido a dicho trabajo.

Un moderno periodista será un tipo con alguna que otra habilidad como escritor, más o menos locuaz, más o menos cretino, más o menos inconsciente de su papel de condicionado observador a sueldo, pero siempre será alguien con la certeza arrogante en que está "reportando" lo cierto: "Yo lo ví", "yo fuí testigo", "yo tengo fuentes de confianza", "yo lo grabé"... Siempre inconscientes que su misma actividad da “existencia” a los hechos. Los periodistas van contando al hombrecito común la historia pseudomitológica que explica -con la mayor torpeza posible- lo que “sucede” en el mundo.

Y lo que “sucede” en este fragmentadísimo mundo, no es sino una serie de datos estructurados en diferentes categorías de programación mental, las "secciones" noticiosas: "internacional," "nacional," "economía", "deportes," "sociedad," y demás. Se comprobará que estas categorías expresan explícitamente, la taxonomía del sucedáneo gnoseológico de la modernidad: "La Información".

Así es como se enseña su situación de esclavo al "nuevo hombre". Lo peor es que este, se cree el cuento sin rechistar y agradece la “información” suscribiéndose, compartiendo, dando like… consumiendo pasivamente.

La manipulación mental siempre se apoya en una clasificación tipológica de la estructura emocional humana, a través de la cual el sujeto manipulado encuentra una identidad. En el caso de la "información", esta ilusión tendrá como principio invertido, una unidad cuantitativa y mensurable. En la "era de la información", la mercancía informática (y su comercio) se registra a través de una unidad de medida: El dato. bloquear clic derecho

No hay comentarios.:

Publicar un comentario