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miércoles, 26 de agosto de 2020

Alegoría De Los Peligros Del Mundo



Un hombre entró en un pozo con cuidado y temor, y se sujetó con ambas manos a dos ramas que nacían junto al brocal, y puso los pies sobre dos resaltes, que eran las cabezas de cuatro culebras que estaban en sus cuevas. El hombre alzó los ojos y descubrió que cada una de las ramas en las que se sujetaba, estaban siendo roídas por dos ratones, uno blanco y otro negro. Pensando en cómo escapar, el hombre vio encima de él una colmena llena de abejas que escurría miel, y chupando la miel con gula, olvidó el peligro en el que se encontraba, y que tenía los pies sobre unas culebras, que podían atacarlo en cualquier momento, y tampoco se acordó de los ratones que roían sin cesar las ramas a las que se agarraba. Y estando en este descuido, los ratones acabaron de roer las ramas, y el hombre cayó al fondo del pozo, donde lo devoró el dragón que allí tenía su guarida.

El pozo es este mundo, lleno de asechanzas y temores; las cuatro culebras, los cuatro humores que sostienen la vida humana y que, cuando predomina alguno de ellos, resulta un tóxico peligroso; y las dos ramas a las que se agarra son la propia vida, que el tiempo, a través de las noches y de los días -los ratones negro y blanco- siempre acaba consumiendo. Y esa miel es el dulzor que supone vivir, que penetra en nosotros a través del oído, el olfato, el gusto y los demás sentidos, con lo que se olvida esa muerte que siempre nos espera, el dragón al fondo del pozo.