La magia en Cien años de soledad no es la del gitano Melquíades, sino la de los “ilusionistas del derecho” que enredaron en un delirio hermenéutico a los trabajadores del banano para dejarlos sin nada, cuando se levantaron en protesta por sus condiciones laborales.
Ilusionismo, magia, pirotecnia y ficción, son términos que en Cien años de soledad se aplican con menos frecuencia a los habitantes de Macondo que a los técnicos de la compañía norteamericana que cambiaron el medio ambiente de la población o a los militares que realizaron el acto de “magia” de hacer desaparecer más de tres mil trabajadores y después convencer a todo el mundo de que aquí no ha pasado nada; que Macondo, que Colombia, es un pueblo feliz y que todo lo malo no ha sido más que un sueño.