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domingo, 21 de marzo de 2021

El Canto del Derviche - Rumi


Yamal od-Din Rumi (1207-1273) es una de las figuras mas relevantes del sufismo, el movimiento clave de la mística islámica. La fuerte tensión espiritual de Rumi - que refleja la influencia de Ibn Arabi, el místico andalusi que también influirá en Juan de la Cruz - le lleva a rechazar cualquier dogmatismo, pues el ser humano tiene todo en si: "cualquier iglesia, cualquier secta, soy yo". Sólo hace falta desarrollarlo, y el impulso para hacerlo es el amor; amor a Dios, sobre todo, pero también amor a toda su creación, la realidad.

Abrasado por un tan intenso impulso (la "llama de amor viva" de Juan de la Cruz, autor que tantos paralelismos guarda con Rumi) el místico persa -que vivió y murió en Anatolia- no quiso reconocerse como poeta, de una sencillez y elevación poco comunes. Este Canto del derviche es una adaptación realizada por Leonardo Arena de su obra clave. Los dísticos del significado interior, una hermosa incursión por las aguas profundas del espíritu expresada en parábolas.

Los sufistas son conscientes que los dogmas esconden un significado profundo, que va mas allá de las apariencias y debe ser descifrado atentamente. -La guerra santa- se interpreta como un llamamiento a aplacar los conflictos interiores, psicológicos, que destrozan la interioridad, impidiendo que el individuo acceda al Divino.
Su monoteismo adquiere unas connotaciones especiales, ellos acentúan la presencia de Dios en cada ámbito de la realidad, exaltando el carácter unitario de la existencia.
No todas las cosas se pueden revelar, la mayor parte queda en lo no dicho. De estas historias, lo esencial se oculta detrás de las palabras. y también lo secundario, a veces una perla, es difícil de expresar. El camello se dobla bajo el peso que no puede soportar, y así la palabra, en vista de la carga, se retrae sorprendida.

Pero si el corazón del lector todavía late, lo no dicho se expresara sin palabras.




El gran filósofo sufí Ibn Arabi escribe:

Mi corazón abarca todas las formas,
contiene un prado para las gacelas
y un monasterio para los monjes cristianos.
Hay un templo para los idólatras
y un santuario para los peregrinos;
en él está la tabla de la Tora
y el Libro del Corán.
Yo sigo la religión del Amor
y voy por cualquier camino
por donde me lleve Su camello.
Ésta es la verdadera fe;
ésta es la verdadera religión.



 Poema de Rumi:

¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo.
No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.
Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la sinseñal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;
no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana.





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